Ser buen profesor implica antes que nada, AMOR A COMPARTIR CONOCIMIENTOS, y recordar siempre que antes que maestros, fuímos alumnos, que antes de saber éramos ignorantes, que aún somos ignorantes de tanto como aún no sabemos, que quién tenemos delante, el alumno, tiene que recibir de nosotros el mayor de los respetos, aunque él no lo sepa, su futuro nos ocupa, nos alienta, él da por supuesto nuestra sabiduría, no les defraudemos, SABIDURÍA, qué palabra!, no es saber mucho de música, es SER SABIO, no es saber muchos datos, es SABER COMPARTIRLOS, no es creerse más, es SABER DAR MÁS.
El arte de la PACIENCIA, consiste en saber, que con la necesaria TENACIDAD, el CONVENCIMIENTO DEL ÉXITO y los zapatos del PASO A PASO, nos ganamos el respeto de nuestros alumnos, y el premio es su recuerdo futuro, de alguien que SIEMPRE, estuvo en su interés, NUNCA guardamos nada para nosotros, cuanto supimos lo dimos, e hicimos de cada clase algo único, especial, nuevo, y conseguimos que el alumno cada día, encuentre en nuestra clase, una hora de descubrimientos agradables, de sorpresas por sus logros, de conocer sus tremendas posibilidades y entre tanta exigencia reinante por todas partes, él se exige disfrutar más con lo que más le gusta, su tiempo de experiencias musicales.
SABER ESCUCHAR, A VECES... CON EL CORAZÓN.
El Profesor. Diego Fernandez.
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