APRENDE A APRENDER

Deberias saber, que el secreto formidable para avanzar y llegar a dominar la técnica violinistica, está en saber aprender, escrutar los secretos mas pequeños, que se esconden donde menos lo esperas, en como enfocas el estudio, en tus aspiraciones, en el tiempo que le dedicas y el deseo de saber que tengas, en la calidad y claridad de lo que te pides cuando te pones a estudiar, en como concibes el Lenguaje Musical y en si caes o no el las trampas que te ponen... la monotonía, el hastío, la inercia y en definitiva la falta de amor por saber.



No existe éxito sin esfuerzo, y si alguna vez se produce, tú no estarás preparado para afrontarlo.





Tocar el Violín es un arte y necesita ineludíblemente, que un artista sea quién lo toque, como en el caso del principe valiente al sacar la espada de la piedra, ni siquiera hace falta que el alumno sepa ya que lo es, basta con que su corazón lo sepa, al contacto con el trabajo, con el día a día en el estudio, se irá forjando el artista que vive en tí.



¡Ánimo y al trabajo!, El Violín te espera.



¡¡¡ Que la música te acompañe!!!



domingo, 5 de febrero de 2012

Cuarteto Quiroga tocando Sollima - Classical Music Clip


    CUARTETO FORMIDABLE

            Este cuarteto formidable, "Cuarteto Quiroga", es de lo mejor actualmente, el primer violín es hijo de mi Maestro, D Jose Ramón Hevia, y se llama Aitor Hevia, como podeis comprobar es un deleite verles y comprobar la frescura y la felicidad con la que viven la Música, tienen varios discos editados de una enorme calidad, Aitor acaba de grabar y ya está en el mercado, su versión de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, con un éxito rotundo de crítica y público y prensa en toda Europa, felicitar desde aquí al cuarteto y en especial a este joven Maestro, de casa y que pasea el nombre de Asturias allá por donde va.
 Disfrutad de su arte y de su contagiosa felicidad, es un verdadero placer.

 El Profesor: Diego Fernández


          LAS CUATRO ESTACIONES DE A. VIVALDI
    He tenido el placer, y nunca mejor dicho, de escuchar varias veces, (no pude dejarlo en solo una),  la versión que hace AITOR HEVIA- VIOLÍN, con FORMA ANTIQVA de LAS CUATRO ESTACIONES, tengo que deciros que ha sido una experiencia única, algo fuera de lo normal, el grupo en sí es fabuloso, de una precisión y criterio artístico, fascinante, hay que oirlas para que sepais a qué me refiero, uno tiene la versión del maestro Felix Ayo in mente, y de repente aparece el maestro AITOR HEVIA y te descoloca, no es que compitan, son complementarios, las visión del barroco que exponen  los componentes del grupo FORMA ANTIQVA  y el solista AITOR HEVIA, es tan única, que solo se puede explicar disfrutando de su audición, estoy deseando que toquen en Asturias o cerca de aquí, para ir y disfrutarles en directo, porque esta versión aporta una nueva visión del barroco del veneciano maestro VIVALDI, una dinámica excitante, tienes la impresión del cuco o la tormenta,  maravillosamente creible, puedes imaginar el viento del otoño o la alegría primaveral, como si de un cuadro de Monet se tratase, tal es el color que transmiten.
 Si teneis la oportunidad, escuchad esta maravilla.
 El profesor: Diego Fernández.


 Aquí os va una "crítica" sobre la versión  que Aitor Hevia con Forma Antiqva, realiza de Las Cuatro Estaciones de A. Vivaldi:


RESEÑA (DIVERDI) Y PRENSA


¡¿Una más?! Supongo que es la interrogante admirativa que se plantea el melómano cuando ve anunciada la aparición de una de esas obras que ya han sido grabadas decenas y decenas de veces. Supongo, también, que cuando un artista se embarca en la empresa de registrar música tan archiconocida es porque está en la certeza de que tiene cosas importantes o, al menos, diferentes que decir. Pues sí, he aquí una nueva versión, la enésima, de Las Cuatro Estaciones vivaldianas, con el interés apriorístico de que nunca antes ningún grupo español las había plasmado en disco. Tenía que ser Forma Antiqva, claro, la que afrontara el reto. Desde el principio, la formación de los hermanos Zapico ha entendido esto de la música como una actividad de riesgo, lo cual la ha llevado a explorar territorios ignotos y a buscar enfoques inusuales, dentro, eso sí, de la más pura ortodoxia historicista. Cosas de juventud, pensarán algunos. Pero van pasando los años y Forma Antiqva, sin perder un ápice de su lozanía, va adquiriendo un poso de experiencia que le permite exclamar sin complejos eso de “¡eh, que aquí estoy yo!”. Y sí, aquí están ellos, para ofrecernos una de las más vibrantes, apasionadas, ardientes, impetuosas, desenfrenadas, apoteósicas y alucinantes lecturas que se hayan hecho jamás de los cuatro célebres conciertos del prete rosso.
Siendo como son conciertos para violín, hay que centrarse en la figura de Aitor Hevia. Lo primero que hice nada más acabar de escuchar el disco fue ponerme a indagar de dónde había salido esta auténtica “bestia parda” (perdón por la expresión). Asturiano, como los Zapico, había sido compañero en el conservatorio de Aarón, el mayor de los hermanos y director artístico de Forma Antiqva. Hevia, integrante del Cuarteto Quiroga, no es un especialista en el violín barroco (aunque quede claro que el que utiliza en esta grabación es un Grancino-Landolfi milanés del XVIII) y, a la vista de los resultados, ni falta hace que lo sea. Sonará a perogrullada, pero cada vez estoy más convencido de que para hacer buena música lo que verdaderamente hace falta es ser buen músico y Hevia demuestra aquí que es un músico superlativo, como lo son el resto de intérpretes reunidos ad hoc para este fascinante proyecto.
Un proyecto un tanto híbrido pues, junto a estas obras representativas del apogeo barroco, se insertan musicalizados los poemas sobre Las Cuatro Estaciones que la leyenda atribuye al propio Vivaldi. O, más concretamente, la traducción de dichos poemas al inglés. Esa tarea de musicalización, con enfoque jazzístico, ha sido encomendada a Uri Caine, que nunca deja a nadie indiferente, y a Theo Bleckmann. Ellos son, además, los encargados de la interpretación: Caine toca el piano y los distintos instrumentos electrónicos, en tanto que Bleckmann pone la voz y realiza el procesado. No hace falta presentar a estas alturas a Caine, uno de los buques insignia de Winter & Winter, para el que ha grabado, con el presente, veintidós discos. Cada poema precede a su correspondiente concierto. Dos estilos absolutamente contrapuestos. Música del siglo XVIII y música del siglo XXI parece un matrimonio contra natura, pero este tipo de transgresiones no sólo son frecuentes en W&W, sino que constituyen la propia esencia del exitoso sello alemán.
La audición de Las Cuatro Estaciones de Forma Antiqva ha supuesto para quien esto firma la misma conmoción que supuso la audición, a principios de los 90, de la versión de Il Giardino Armonico. Cuando se van acumulando años en el carnet de identidad y discos en las estanterías de casa, las conmociones musicales cada vez son más infrecuentes. Por eso, no puedo por menos que agradecer a Hevia, a los Zapico y a sus acompañantes tan fastuoso regalo. Con permiso del mencionado Il Giardino Armonico y de Gli Incogniti (Amandine Beyer), no les quepa la más mínima duda de que estamos antes las mejores Cuatro Estaciones de la Historia.
Eduardo Torrico
Vivaldi composes under the title »Le Quattro Stagioni« (The Four Seasons) little stories and sets them to music in a unique way. He lines up short tales in poetic form and creates a wonderful declaration of love to humans and nature. His sonnets and compositions tell about birds in spring, the bubbling of the brooks, of dancing nymphs and shepherds, the heat in summer, of dreadful thunder– and hailstorms, autumn feasts of drunken farmers, a morning drive until death, of iciness in winter, the warming open fire and of martial northwinds, which blow around the house. His Four Seasons are a musical homage to the world and to life. Aarón Zapico and Forma Antiqva interpret this composition with an entire new approach, exciting, sensual, haunting and awake the score to rich sound impressions. Zapico plays with his baroque ensemble Forma Antiqva on period instruments Vivaldi’s Four Seasons in the truest sense. His musicians find themselves in the role of actors, embody blooming meadows, strong storms, the torrid sun, but also the dance, which – as a central theme – whirls and reels through the whole story. Aitor Hevia (violin) slips into various leading parts, mimics birds, a farmer boy, from who the storm wants to steal the annual harvest, becomes the game being hunt to death, and blusters like freezing wind over the frozen land. Vivaldi, who was born during an earthquake, creates four episodes, each in three parts, corresponding with his poems.
Theo Bleckmann and Uri Caine compose these sonnets and present here as a première recording »The Four Seasons Sonnets«, Spring, Summer, Autumn and Winter. Bleckmann and Caine act as the narrators for Vivaldi’s AudioFilm. The Dutch painter and concept artist Marcel van Eeden is inspired by Zapico’s Four Seasons and creates for this musical cycle eight new drawings.

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